INMUNIDAD PROPIA Y POR VACUNAS EN EL COVID 19
José Miguel Parra Castañeda
Con la pandemia actual se pone de manifiesto lo que mencionaba en mis primeros artículos, la lucha por la supervivencia entre los seres vivientes y el peligro de manipular microorganismos, con ellos no se puede predecir ningún resultado (esto lo menciono, por si es cierto, que el virus del COVID fue manipulado). Los virus, la especie más numerosa del planeta y los parásitos más eficaces, tienen realmente muchos mecanismos para sobrevivir, al fin y al cabo, son estos microorganismos quienes, por no ser parte de la cadena alimenticia, se la saltan y contaminan todas las especies vivientes. Son las estructuras autónomas más “simples”, por decirlo de alguna manera, pero de ninguna manera las más débiles.
Todas las especies tienen mecanismos de defensa, aunque no muy efectivas en muchos casos, en gran parte, porque como en toda guerra, a medida que las “armas” van cambiando, es decir los mecanismos de defensa son más efectivos, los virus mutan para contrarrestarlos.
Nuestro planeta está poblado por miles de coronavirus. Cuatro son responsables de la mayoría de resfriados comunes. Otros 2 Ya han provocado epidemias alarmantes: en 2002, uno ocasionó el síndrome respiratorio agudo grave (SARS, por sus siglas en inglés), que mato a unas 700.000 personas en todo el mundo y en 2012 otro desencadenó el síndrome respiratorio de oriente medio (MERS, por sus siglas en ingles), en donde se perdieron unas 800.000 vidas. El SARS desapareció en un año, pero el MERS todavía se encuentra entre nosotros.
El más reciente de todos el SARS- CoV-2 que ha desatado una pandemia mucho más mortífera, entre otros motivos porque permanece indetectable durante bastante tiempo en las personas infectadas. Quien se infectaba con el coronavirus del SARS, lo trasmitía luego de pasadas 24 a 36 horas de la aparición de los síntomas (Fiebre y tos seca), así que era posible aislar al enfermo ANTES que contagiase a otros. Pero quienes contraen la COVID-19 propagan el virus ANTES de presentar síntomas evidentes. Al no sentirse enfermos, trabajan, viajan, compran, comen fuera y asisten a fiestas donde exhalan el coronavirus al aire que respiran las personas circundantes (por eso es necesario implementar todas las medidas de aislamiento). Este permanece indetectado en el cuerpo mucho tiempo porque su genoma sintetiza proteínas que retrasan la señal de alerta para el sistema inmunitario. Mientras tanto, las células pulmonares van muriendo a medida que el infiltrado se multiplica en silencio. Cuando el sistema inmunitario detecta por fin al invasor, reacciona con todo su arsenal (tormenta de citoquinas), con lo que, paradójicamente, daña las células que está intentando salvar.
En gráficas corresponde a lo siguiente:
Una forma de atacar la virosis es con vacunas. Hasta ahora se habían utilizado los mismos virus atenuados, o inactivarlos matándolos, o utilizar algunas partículas de ellos, sin embargo, este proceso es muy largo. Es ahora que se introducen los conceptos aprendidos de biología molecular y se han elaborado 3 estrategias, primero se obtienen ciertos genes del virus e introducir la secuencia en un plásmido de ADN, otra forma es introducir la secuencia en ARN dentro de lípidos o también introducir la secuencia en un adenovirus. Cualquiera que sea el método debe seguir una fase preclínica en la que el producto, se adapta a una vacuna y se hacen pruebas en cultivos o en animales se descarta que sea tóxica y se determina si activa el sistema inmune, si pasa esta fase, se comienzan los ensayos clínicos que constan de 3 fases: 1°: con unas pocas personas se verifica si es inocua, si hay efectos secundarios y si produce anticuerpos, una vez pasa esta fase, sigue a la fase 2, esta vez con más personas(cientos), se determinan las vías y las dosis en las que se produzca el mayor efecto y los mínimos efectos secundarios, la fase 3 con bastante más personas se define si previene la infección.
En lo relacionado con el SARS – CoV-2, equipos de investigación de todo el mundo están desarrollando más de 90 vacunas. Son ocho estrategias, con los métodos mencionados antiguos de virus inactivado, atenuado o con el vector vírico replicativo y no replicativo, o utilizando biología molecular: Subunidades proteicas del virus o con partículas similares a los virus y con ADN o ARN, estas últimas por primera vez.
Las vacunas que se están utilizando son: La de Oxford/AstraZeneca, se basa en una versión atenuada del virus del resfriado común de los chimpancés -adenovirus-. Al igual que las otras dos vacunas, utiliza como antígeno la espícula de la superficie del coronavirus SARS-CoV-2 (spike S), que es capaz de estimular la respuesta inmune frente a él.
La vacuna Sputnik V es la primera vacuna registrada en el mundo a base de una plataforma probada basada en vectores adenovirales humanos, Los “vectores” son vehículos que pueden introducir material genético de otro virus en una célula. El gen del adenovirus, que es el causante de la infección, se sustrae y en su lugar se inserta un gen con el código de la proteína de otro virus. El elemento insertado es seguro para el organismo y ayuda al sistema inmunológico a reaccionar y producir anticuerpos que nos protegen de la infección, con una eficacia de más del 90%.
Las vacunas experimentales de Pfizer/BioNTech y Moderna, por su parte, utilizan la tecnología de ARN mensajero, por medio de esta técnica se inyectan en el cuerpo hebras de instrucciones genéticas bautizadas ARN mensajero, es decir, la molécula que le dice a nuestras células qué hacer, es la plantilla en la que se basa el ribosoma para fabricar las proteínas. Cada célula es una minifábrica de proteínas, según las instrucciones genéticas contenidas en su núcleo en el ADN y salen como ARN. Así, el ARN mensajero de la vacuna se inserta en el cuerpo y toma el control de esta maquinaria para fabricar un antígeno específico del coronavirus: la «espícula» del coronavirus, su punta tan reconocible que está en su superficie y le permite adherirse a células humanas para penetrarlas. Este pico, inofensivo en sí mismo, será detectado por el sistema inmunológico que producirá anticuerpos, y estos anticuerpos permanecerán en guardia durante, con suerte, mucho tiempo, según se indicó. Una vez inyectado el material genético, «las células que se encuentran en el lugar de la inyección empezarán a producir, de forma transitoria, una de las proteínas del virus. La ventaja es que, al utilizar este método, no hay necesidad de cultivar un patógeno en el laboratorio porque es el organismo el que hace la tarea. Es por esta razón que estas vacunas se desarrollan más rápidamente.
Las vacunas son una manera eficaz de prevenir la infección, sin embargo las 2 últimas, han creado resistencia en muchas personas y casi se puede decir que hay una campaña de desinformación, gracias a personas que tienen información a medias de lo que son las vacunas génicas y han sacado conclusiones absurdas como que va a cambiar nuestro genoma, también paranoicos que interpretan que los grandes capitales o gobiernos tiene con ello la forma de esclavizarnos y someternos a lo que ellos quieran (la versión moderna de robarnos el alma).
Creo que estas vacunas si tienen una limitación, es con respecto a la FASE 3 que fue muy rápida y no hay seguridad de si su eficacia es temporal o definitiva o si su efectividad es la misma con las mutaciones. Solo el tiempo nos dará respuesta a estos interrogantes. Pero ante la crisis económica que ya está produciendo la pandemia era importante tomar alguna medida que nos dé esperanzas de pararla y retomar nuestra vida. Esto es de particular importancia en la clase media y en especial en la población medianamente pobre cuyos recursos dependen de lo que puedan ganar al día con ventas informales también a quienes se dedican al arte o a variedades, en fin, todas esos trabajos o profesiones que se han dedicado a cosas no esenciales y eso se está notando en el aumento de la inseguridad. Una persona que se está muriendo de hambre o ve que su familia lo está haciendo, sale a rebuscarse de cualquier manera. Nuestro gobierno en un alarde de improvisación, logró que nuestro país fuera de los últimos en conseguir la vacuna, apenas a mediados de enero se estaban terminando las negociaciones.
Indudablemente la forma más rápida y efectiva de acabar con la pandemia es que haya un tratamiento para tratar a los enfermos. En ese sentido los laboratorios de las universidades y las empresas investigan más de cien fármacos para combatir la pandemia, no todos son para destruir al virus algunos son para entorpecer su acción en cualquiera de sus pasos. Ya sea para impedir la entrada del virus a la célula, para fomentar los virus defectuosos, entorpecer la multiplicación o para reducir la hiperactividad inmunitaria (tormenta de citoquinas). Los resultados hasta la fecha no han sido los mejores puede ser porque se utilizan algunos medicamentos solos, cuando lo ideal es realizar un tratamiento combinado que cubra todas las etapas (véase el gráfico). Al parecer han tenido ciertos efectos, la ivermectina, famotidina, la colchicina, dexametasona. No se han utilizado medicamentos que la farmacogenómica nos ha descubierto que son antiinflamatorios muy eficaces y sin los efectos secundarios de los AINES como son el ácido ursadersacolico (utilizado ahora en problemas hepáticos) y la metformina (antidiabético) Con los antivirales es tal vez, con los que ha sido más frustrante su manejo. Se inició con los usados para VIH y no sirvieron, también el Remdesivir que no ha salido tan bien como se había anunciado en el principio. Se está experimentando con el famipiravir y merimepobid. El doctor Felipe Gaitán (especialista en biología molecular) piensa que el medicamento plitidepsin un anticanceroso derivado de un tunicado marino llamado aplidium albicans, es tal vez una de las mejores alternativas puesto que ha demostrado ser un antiviral eficaz, tiene un problema y son sus efectos secundarios propios de un medicamento oncológico pero se podría establecer una galénica especial para transformarlo en un aerosol, con lo que no solamente se minimizarían sus efectos adversos a nivel sistémico, sino que se potenciaría su actividad en la mucosa nasal que es la principal puerta de entrada del virus, disminuyendo así la carga viral que como bien se sabe es un factor clave en el pronóstico del enfermo. desafortunadamente en Colombia no hay forma de hacer investigación y nos toca esperar las investigaciones de otros países.
Otro de los grandes problemas con la pandemia son las directrices de nuestro gobierno y la prensa, quienes se han dedicado a medir la pandemia solo por el porcentaje de ocupación de las UCI y la asistencia en hospitales públicos y se han olvidado de aspectos tan importantes como la poca o casi nula atención de las EPS a los pacientes que les corresponden, siendo a estas entidades donde acude la mayor población productiva del país y eso que han recibido mesadas importantes del gobierno, si se hubieran preocupado por haber identificado a los portadores y los hubieran aislado a tiempo seguramente habrían evitado que el número de pacientes en UCI fueran menos. La pandemia ha puesto de manifiesto el sistema de salud tan malo que tenemos, se hace necesario una reforma radical a la salud. Pero una reforma que tenga en cuenta la mejoría del sistema de salud no la de los bolsillos de las EPS, pues el gobierno aprovechando esta crisis ha planteado al congreso, un proyecto de salud en el que pretende pasarle los recursos de salud a las EPS.
JOSE MIGUEL PARRA MD OPCIONAL
Opcional.