POEMA 179. VITALISTA (2018)
Hernán Urbina Joiro
Nietzsche dio aviso, ha muerto Dios,
en
1882.
La muerte del hombre la informó Foucault
en 1966.
Anunciar la muerte de la tierra le tocó Al Gore
en 2006.
La muerte de la muerte no necesita avisador,
la seguirá burlando la vida, una y otra vez.
Hubo un tiempo en que creí
que en la noche grillaban las estrellas arriba,
ahora no estoy seguro si
este palpitar es amor o si ella me dejó una arritmia.
Pero que siga la vida,
quienes hacen, desde que esto es un mundo,
panales tan perfectos, invitan
a seguir despiertos entre el tumulto
y los nuevos miedos que ahora brindan.
Qué bueno que asusten nuevos fantasmas,
todo era tan lógico y racional
y en el tedio nada impresionaba.