CORONAVIRUS Y SU CONTROL CON TELEMEDICINA
El nuevo Coronavirus causa la enfermedad respiratoria nombrada oficialmente COVID-19. Día a día aparecen nuevos datos contradictorios respecto a sus características.
Lo que no cambia es que la COVID-19 en su forma más grave es una neumonía viral que se transmite en animales y en humanos a través de mucosas, mediante perforación de la piel, por lo cual su prevención requiere reducir el contacto entre huéspedes, con o sin enfermedad manifiesta y las personas sanas, e incluso de la madre al feto. Mientras, en toda neumonía deberían tomarse las precauciones que están siguiendo en China y que se resumen en estas palabras: Neumonía = COVID19.
La detección del COVID-19 es poco confiable aún por la presencia comprobada de falsos positivos y negativos. Como en toda enfermedad no existe forma de “descartarla”, por lo que su control requiere medidas estrictas muy superiores a lo considerado “adecuado” para un virus que apareció hace pocos meses y que ya es una pandemia, con muertes en aumento.
Es imperativo estar consciente que cuanto más se aumenta la especificidad de un examen, menor es su sensibilidad, resultando en falsos negativos. Y lo contrario también es cierto: cuanto mayor sensibilidad, más falsos positivos.
El virus tiene máxima actividad patogénica dentro de las células del cuerpo humano (y animales también), es decir, con humedad elevada y temperatura promedio de 36.7 grados centígrados, con cierta protección contra los rayos ultravioleta gracias a la piel, por lo cual debemos impedir que el virus penetre al cuerpo, tanto por penetración iatrogénica (transfusiones, cirugías, biopsias, endoscopias, etc.), como por transmisión no iatrogénica por penetración en mucosas, y contagios similares y mixtos. La relación sexual es un riesgo.
Para reducir la posibilidad de contagio se requiere aumentar la distancia entre huéspedes infectados, incluyendo portadores sanos, reducir el tiempo de exposición, y aumentar las barreras de protección.
Se dice que el tiempo de permanencia del virus latente sobre objetos inanimados fluctúa entre 3 horas y 9 días, pero seguramente los datos cambiarán. El tiempo de incubación inicialmente calculado en 14 semanas, aumentó a 24 semanas. Existe la posibilidad de que aparezcan portadores sanos en la medida en que se expanda la pandemia.
Se sabe que el virus se mantiene vivo fuera de células o bacterias, por ejemplo, en manijas, sillas, teclados, billetes, etc. y puede penetrar al cuerpo por un período que fluctúa entre 3 horas a algunas semanas. Si el virus no penetra bacterias ni células, no puede replicarse.
Así, para controlarlo es indispensable también reducir las posibilidades de contagio del virus en objetos como buses, huelleros, computadores públicos, manijas, apoyos de asientos, gimnasios, hospitales, centros de salud, iglesias, templos, y en general toda instalación que acumule gran número de personas, en especial enfermos, en áreas muy pequeñas.
Las medidas higiénicas como el uso frecuente de agua abundante y jabón reducen considerablemente la posibilidad de contagio. La reducción de distancia entre portadores e individuos sanos incrementa la posibilidad de contagio en proporción inversa al cuadrado de la distancia. El tiempo de exposición aumenta proporcionalmente las posibilidades de infección. Debe recordarse que ningún examen “descarta” la presencia del virus.
Las medidas de asepsia y antisepsia son requisito omitido a nivel de muchas instituciones, en especial EPS. Por ejemplo, las batas utilizadas en radiología pueden ser punto de contagio, así como el contacto con camillas y equipo médico.
La contaminación también aumenta las enfermedades respiratorias en especial la neumonía, no sólo por reducir las defensas del cuerpo haciéndolo más vulnerable a infecciones, sino por transmisión directa gracias al material particulado PM10, que corresponde a partículas con 10 micras de diámetro aerodinámico, y que pueden transportar incluso cuatro bacterias activas, con diámetros de 0.5 a 5 micras cada una. Dichas bacterias podrían alojar virus activos y transmitir la infección al ser inhalados, en especial dentro de los buses articulados que se contaminan más por dentro que por fuera, y cuya inestabilidad en la articulación causa deslizamiento de las llantas con el consiguiente desprendimiento de partículas de caucho que transportan bacterias.
Cada persona debe reducir la posibilidad de contacto directo o indirecto con líquidos corporales, sea de humanos o animales. Por ejemplo, si alguien infectado estornuda o tose en un bus, las gotas de líquido contaminadas con virus se depositan sobre superficies que estarán en contacto con las manos de otras personas. Si dichas personas tocan sus ojos, nariz o labios con sus manos, el virus, muy seguramente se contagiará. Por ello es indispensable seguir las medidas higiénicas recomendadas por la OMS.
Se reduce considerablemente la transmisión del COVID-19 aumentando la distancia entre personas -evitando aglomeraciones- que faciliten el ser infectado, como también reduciendo el acceso a lugares con alta posibilidad de transmitir infecciones, como clínicas, hospitales, centros odontológicos, en especial los más grandes, etc. También es indispensable reducir al mínimo la exposición a todo ambiente congestionado pues el tiempo de exposición es directamente proporcional a la probabilidad de contagio.
En medicina actual, esto se logra fácilmente con telemedicina, ya que valoraciones similares al triage se pueden hacer vía Internet desde el hogar u oficina, y se clasifica rápidamente si el paciente requiere ir a urgencias, evitando sobrecargar servicios y acelerando el tiempo de atención, todo lo cual limita la exposición a eventuales infecciones. Son comunes esperas innecesarias en urgencias, innecesarias con telemedicina. Si el formulario indica que se requiere atención con técnicas diagnósticas adicionales, como signos vitales y examen físico, se remite el enfermo a una pequeña unidad menos sobrecargada, no centralizada, para un diagnóstico más completo, pero con mucha menos posibilidad de contagio que urgencias.
En muchos casos se requerirá examinar al paciente, por ejemplo, en emergencias oculares, abdomen agudo, retención urinaria, etc., y tenemos desde el siglo pasado el mejor medio diagnóstico, innocuo, portátil, seguro, indoloro, que evita contagios: el ultrasonido remoto, usado por la NASA desde el siglo pasado.
TELEMEDICINA
La Telemedicina se usa hace muchísimos años. Personalmente la utilizo desde finales de 1985 para transmisión de datos ecográficos, inicialmente en diagnóstico de la gestación y actualmente para diagnóstico ecográfico de todo el cuerpo. Y desde los 90s para transmisión de imágenes y video de ultrasonido. La NASA usa ultrasonido para diagnóstico de sus astronautas. La OMS recomienda que todo médico en su formación universitaria debe estar entrenado para hacerlas (circular 875) y poder hacer diagnóstico ecográfico al graduarse. Apendicitis, colelitiasis, embarazo, ectópicos, aneurismas, obstrucción intestinal, desprendimiento de retina, colecciones líquidas intraperitoneales, derrame pleural, etc., son fácilmente diagnosticables por ultrasonido a distancia, que cualquier médico entrenado puede hacer. Una ventaja del ultrasonido es que puede enseñarse fácilmente a una persona, no médico incluso, a obtener imágenes y transmitirlas a distancia, para que estas puedan ser analizadas y usadas en diagnóstico médico, reduciendo así la exposición del enfermo a contagios innecesarios.
El entrenamiento para tomar las imágenes es muy sencillo. En un video demostramos cómo enseñamos a hacer una ecografía de ojo, con un aparato que yo incluso no había usado – estaba en demostración – a una persona que jamás había visto un ecógrafo, en menos de 10 minutos, con imágenes adecuadas para su diagnóstico al ser enviadas por WhatsApp.
La telemedicina permite tratamientos a distancia sin contacto directo con enfermos, y usando diagnóstico ecográfico conseguimos aumentar el espectro diagnóstico, reduciendo la ocupación en urgencias, así como el uso del transporte público y su riesgo de transmitir infecciones, al tiempo que se acelera la atención y se mejora su calidad.
Una pequeña área diagnóstica con equipos de ecografía razonablemente libres de infecciones, oximetría, presión arterial y temperatura, manejados por personal con entrenamiento sencillo, y un médico general con conocimiento de ultrasonido a distancia es algo muy simple, efectivo, inocuo, rápido, económico y protege de infecciones.
La telemedicina, o medicina a distancia:
1. reduce la posibilidad de transmisión de infecciones. incluyendo el COVID-19,
2. reduce el uso de transporte público congestionado, reduciendo la posibilidad de transmisión de infecciones y acelerando la atención
3. aumenta la cobertura, reduciendo la morbilidad y mortalidad
4. mejora la calidad de atención reduciendo la morbilidad y mortalidad
5. reduce los costos de atención
6. Acelera la atención
Gonzalo Ernesto Díaz Murillo
Doctor en Medicina y Cirugía
Universidad Nacional de Colombia
Ultrasonido