EDITORIAL EL MINISTERIO DE SALUD: ¿PARA QUÉ Y PARA QUIÉN?REFLEXIONES A PROPÓSITO DEL NOMBRAMIENTO DEL PRÓXIMO MINISTRO DE SALUD
REFLEXIONES A PROPÓSITO DEL NOMBRAMIENTO DEL PRÓXIMO MINISTRO DE SALUD
*Clemencia Mayorga R.
Desde finales de 2019 la opinión pública conoció la renuncia del saliente Dr. Juan Pablo Uribe como Ministro de Salud, médico de gran reconocimiento en el sector con conocida probidad en materia ética en su ya larga trayectoria de vida dedicada al sector de la salud desde diferentes roles. Es así como el presidente de la República, Dr. Iván Duque debe decidir ahora el nombre de quien ocupará esta importante cartera en el país y ello depende, por supuesto, de lo que el Gobierno Nacional pretenda que ocurra en el sector en los próximos años.
Es por lo anterior, que nos parece muy importante, aportar como Gremio Médico, algunos elementos que consideramos deben ser tenidos en cuenta para esta elección con base en los principales retos que enfrenta el mismo en nuestro país.
Para desarrollar estos aportes, la primera pregunta sería, ¿para qué y para quién existe un sistema de salud? La respuesta parece obvia, se trata de una estructura que creada y manejada por el Estado, debe responder no solo a las necesidades de los que requieren de sus servicios, sino que además debe incidir en todos aquellos temas que requiere toda la población residente en Colombia, para conservar y preservar su salud, entendiendo con ello que la definición de salud, como todos conocemos, va más allá de la atención de la enfermedad y, por tanto, requiere de acciones e intervenciones más complejas y previas a la aparición de la enfermedad. Derivado de lo anterior es fácil deducir que se trata, por un lado, de incidir e intervenir en todos aquellos aspectos que determinan el estado de salud de una población, así como de responder de manera oportuna, con calidad e integralidad a todos aquellos que requieren atención en salud, una vez se enfrentan a la enfermedad.
Así las cosas, el sistema de salud, se convierte en la estructura que desde el Estado ejerce la rectoría y gobernanza para que toda la población colombiana se vea beneficiada y goce de la garantía del derecho a la salud, tanto para preservar su salud, como para atender adecuadamente los casos de enfermedad.
Bajo el esquema actual de funcionamiento del Sistema General de Seguridad Social en Salud en Colombia, y al entregarle las funciones de gestión a las EPS, con los respectivos recursos económicos para ello, bajo el esquema de la Ley 100 de 1993, el Estado delegó en estas empresas la gestión del riesgo en salud.
Si bien es cierto, que al verificar los indicadores de salud en Colombia, hemos avanzado en mortalidad infantil, materna y otros indicadores de eventos trazadores, producto de múltiples factores más allá del sistema de salud, también es cierto que preocupan las diferencias regionales en el país, donde los riesgos de morir o enfermar se triplican en algunas regiones, mostrando ello una persistente inequidad que refleja fallas en las intervenciones y/o atenciones que derivan en desenlaces fatales.
Tenemos entonces, una población afiliada que supera, según cifras oficiales el 95% de los residentes en Colombia, bien sea en régimen contributivo o subsidiado, pero con unas diferencias en los resultados como la que hemos enunciado. De otra parte, las quejas por parte de los “asegurados” con respecto a la oportunidad, calidad e integralidad de los servicios son recurrentes, lo que en muchos casos lleva a que el paciente se vea obligado a acudir a mecanismos judiciales como la tutela para recibir medicamentos o tratamiento. Más de 200.000 tutelas interpuestas invocando el derecho a la salud en 2019 lo demuestran.
Adicional a ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó un estudio que analizó las condiciones del sistema de salud en todo el continente. El 70% de los colombianos encuestados afirmó que tenía una percepción negativa sobre la calidad del servicio recibido.
Son muchos los datos que pudieran aportarse sobre las demoras, quejas y negación de medicamentos e insumos vitales en la atención en salud que necesitan los pacientes en Colombia para mejorar su percepción respecto a la oportunidad, pertinencia y humanización dentro del sistema se salud, así como muchos los datos que demuestran que falta mucho por avanzar en la equidad en materia de salud. En resumen, el reto del sistema de salud y, por ende, del próximo ministro o ministra, es lograr que los colombianos crean en el sistema, vean materializado su derecho a la salud, palpen la calidad y oportunidad, reciban lo que requieren en esta materia disminuyendo las inequidades.
Para lograr lo anterior, el sistema cuenta con más de $50 billones de pesos y con el talento humano para avanzar. A pesar de la importancia que puede representar la transparencia en el manejo de los recursos, que tanta falta le ha hecho al sector, la soluciones de en materia de sostenibilidad, las mejoras en las condiciones financieras de clínicas y hospitales o las que puedan darse en respuesta a las justas demandas de los trabajadores y los médicos que conforman el sistema, son apenas medios necesarios, más no suficientes, para garantizar mejoras en la atención en salud y, en general, en la interacción de cada uno de los colombianos para que sientan materializado su derecho a la salud.
Por lo anterior, el nombre que se revele en los próximos días, mostrará la visión y enfoque de este gobierno ante la salud de los colombianos. Será evidente que, si el presidente Iván Duque opta por priorizar las cuotas politicas, no se estará pensando en los pacientes, sino muy seguramente en el beneficio de algunos de los actores y la agenda política de estos. Nuestros votos por una decisión seria, juiciosa, pensada en los pacientes y todos los colombianos y no en otros intereses.
*Dra. Clemencia Mayorga R. MD. Pediatra. Presidente del Colegio Médico de Cundinamarca y Bogotá.