LA ADMINISTRACIÓN DE PEÑALOSA SE NIEGA A SOLUCIONAR LOS PROBLEMAS DE SALUD EN BOGOTÁ
Por Carlos Fajardo MD.
El pasado 4 de junio concluyó la negociación entre las organizaciones sindicales del sector salud de Bogotá con la Secretaría de Salud y las 4 subredes, en la etapa de arreglo directo.
No obstante, las malas experiencias de años anteriores, cuando acudimos infructuosamente a negociar teniendo como objetivo la mejoría de la atención en salud a la población bogotana, así como unas condiciones de trabajo más justas para los trabajadores de la salud, nos presentamos a esta negociación esperando alcanzar un acuerdo que concretara los objetivos enunciados
El pliego presentado fue producto de los aportes más sentidos de nuestros colegas, basados en su vasta experiencia en la atención a los grandes y graves problemas de salud de nuestra población, especialmente la más vulnerable.
Luego de un proceso de unificación de pliegos con los Sindicatos de base, iniciamos la negociación el pasado mes de abril y como un precedente funesto fuimos recibidos por la administración con una negación rotunda a la mayor parte de las peticiones contenidas en el pliego.
No obstante pregonar a los cuatro vientos que los asistía un “verdadero deseo de negociar”, los representantes de la administración revelaron, con el correr de los días y de las sesiones, su intención de abolir los pocos logros conseguidos en negociaciones anteriores por las organizaciones sindicales. Al tiempo aplazaban indefinidamente la discusión de tópicos importantes como el reconocimiento de compensatorios por trabajo en días de obligatorio descanso, así como el nombramiento de las más de 2.500 vacantes presupuestadas existentes en las redes, a pesar de que en la actualidad las condiciones de contratación son leoninas, teniendo más de 17.000 trabajadores contratados bajo la ilegal modalidad de OPS.
Pese a que la Alianza Médica Sindical expresó su preocupación e informó sobre las deplorables condiciones en la atención de pacientes, denunciadas también por la Personería de Bogotá, estas situaciones fueron ignoradas por la Administración, sin que planteara ninguna solución al respecto.
La administración pretendió distraer la negociación con tópicos menos importantes, evitando abordar las solicitudes de mayor calado de la bancada sindical: que un congreso de salud por aquí, que unos juegos deportivos por allá, que la realización de algunas actividades, situaciones ya claramente reguladas por la Ley. De esta forma el tiempo se fue agotando hasta el 4 de junio, fecha de cierre de esta etapa de negociación, a la que llegamos con un balance que, para las organizaciones sindicales, es precario, dada la falta de voluntad de la administración para dar solución a la problemática planteada.
No compartimos que una negociación en momento tan crítico de la salud en la ciudad de Bogotá trate de borrar las conquistas alcanzadas en años anteriores, ni que el propósito de esta negociación sea convertirnos en “comité de aplausos” de un modelo de atención que ha demostrado su ineficacia para solucionar los agobiantes problemas de salud de nuestros conciudadanos.
La situación de la salud en nuestra ciudad es caótica, la cacareada reestructuración que implementó esta administración muestra que se han cerrado más de 540 servicios y 260 camas hospitalarias, hay mayor sobreocupación en los servicios de urgencias, menor número de consultas externas y consultas de urgencias y mayores tiempos de estancia en esos servicios con un aumento en el porcentaje de pacientes que requieren hospitalización; es decir población más enferma y menos servicios. Adicionalmente se ha despedido casi 7.000 trabajadores, limitando con ello la capacidad de atención de los servicios, situación que afecta la seguridad y calidad en la atención; de los trabajadores que quedan, el 80% están contratados bajo la ilegal modalidad de Ordenes por prestación de servicio, esquilmando sus derechos laborales y a la seguridad social, a la pensión, a tener vacaciones, y a un aumento anual de su salario, entre otros.
Como ganancia del proceso de negociación hay que destacar la unidad lograda tanto entre los sindicatos médicos, como con la mayor parte de Sindicatos de base, que nos alienta a trabajar en unidad, convocando a la comunidad. Asumiremos la importante tarea de explicar a nuestras bases, a nuestros pacientes y al ciudadano común la necesidad de continuar luchando por la supervivencia y mejora de la Red Pública Hospitalaria. No firmamos ningún acuerdo cosmético, no saldremos en la foto con un secretario de salud cuestionado ampliamente por la presunta manipulación de cifras estadísticas y estados financieros, no seremos cómplices de esta debacle, denunciaremos por todos los medios esta nefasta y catastrófica administración.
Hemos decidido en forma autónoma y libre convocar a Asamblea General de Trabajadores de la salud, con el fin de decidir y acoger el mecanismo legal que corresponda.
Ante esta situación acudimos a la denuncia pública y hacemos un llamado a nuestros asociados y a la comunidad en general para que nos unamos, reflexionemos en conjunto sobre lo que nuestra ciudad necesita y elijamos lo mejor para ella. No podemos permitir que Bogotá siga cayendo en manos de políticos corruptos, tecnócratas deshumanizados y manipuladores, administradores que le tuercen el pescuezo a la ley y se mueven en contravía de los intereses de la comunidad y de los trabajadores.
¡La Alianza médica Sindical en pie de lucha por la salud de los bogotanos y por unas condiciones de trabajo que respeten la dignidad del trabajador de la salud!
¡Viva la unidad de los sindicatos del sector salud del Distrito especial de Bogotá!